APATZINGÁN, MICH.- Elementos de Policía Michoacán tienen la instrucción de arrastrar cuanto vehículo detectan estacionado inadecuadamente, y no aplican infracciones por la razón de que no son dotados del correspondiente block con folios para sancionar a los conductores infractores, según se pudo constatar la mañana de este miércoles, cuando uno de esos uniformados puso en evidencia la incapacidad del personal en el desempeño de sus funciones.
La imposibilidad de aplicar el reglamento de tránsito del estado de Michoacán quedó de manifiesto esta mañana cuando un elemento de Policía Michoacán ordenó la intervención de una grúa en la esquina de avenida Constitución de 1814 Norte, y avenida Morelos Poniente, para trasladar al corralón oficial una camioneta presuntamente mal estacionada porque “estaba sobre la banqueta”.
Sin embargo, como suele ocurrir, el operador de la grúa atravesó su unidad sobre la calle para atoar la unidad infractora, y por espacio de varios minutos obstruyó el tráfico vehicular, cuando precisamente la finalidad de sancionar unidades más estacionadas tiene como principio facilitar el flujo de automóviles.
El elemento uniformado que no proporcionó su nombre, dijo que no cuentan con block de
folios para aplicar infracciones a los conductores que cometen faltas al reglamento de tránsito, y sólo tienen “la orden del jefe” de hacer el arrastre de las unidades al corralón correspondiente, para que los propietarios acudan a las oficinas de tránsito a “arreglar el problema”, indicativo de que en todo el proceso se evade la intervención de la oficina de Rentas como recaudadora de impuestos, incluso vía las multas por faltas cometidas en la vialidad.
Sorprendido, el elemento de Policía Michoacán, dijo desconocer el funcionamiento de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado, a través de las oficinas de Rentas, para hacer los cobros de las infracciones, y solamente ofreció información en el sentido de que “la orden es arrastras los vehículos al corralón”.
Cabe señalar que el arrastre de vehículos se convierte en un negocio que beneficia al propietario del corralón, así como al propietario de la grúa que realiza el arrastre y, en lo que cabe, a la delegación de tránsito, porque es allí donde los conductores infractores “arreglan el problema”, más no a la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado, única autorizada para la aplicación de los cobros de multas por infracciones al reglamento de tránsito.
Otras de las irregularidades es que las grúas forzosamente tienen que emprender su desplazamiento unidad en ristre en sentido contrario, lo cual incrementa los riesgos de accidentes provocados por la propia autoridad, además de entorpecer más la circulación de vehículos.