Por Iván Ureña
De 13 encuestas, en todas AMLO aparece arriba, en la mayoría con una ventaja de al menos 10 puntos porcentuales sobre el segundo lugar.
Andrés Manuel, hasta ahora goza de un efecto teflón, las críticas se le resbalan a grado tal que con su propuesta de “perdonar” los actos de corrupción, incluido el argumento de no juzgar al presidente actual, lejos de afectarlo, más bien parece acercarlo a Peña Nieto, quien ante el desplome de su candidato, Meade, preferiría al tabasqueño que le asegura impunidad, sobre Anaya. que amenaza con juzgarlo.
Paradójicamente, el expriista y ahora candidato de Morena es el que mejor encarna el combate a la corrupción. Además promete cancelar el nuevo aeropuerto, echar para atrás las reformas energética y educativa, y someter a consulta las otras.
Con una población en la que más del 80 por ciento quiere el cambio, no fue Meade el candidato de la continuidad y el gran beneficiario del uso dela PGR para detener al avance electoral de Anaya, sino AMLO, que trae un discurso de cambio.
El voto anti AMLO tampoco alcanza para vencerlo.
En careos con sólo dos candidatos con posibilidades reales de triunfo, si bien el que más le compite es Anaya, con 45.7 por ciento contra 54.3 por ciento de Andrés Manuel, el de Morena se impone con 8.6 puntos porcentuales. Contra Meade, el de Macuspana lo aplasta por 30 puntos de ventaja y a Margarita Zavala por 50 puntos. Para el periódico El País, AMLO tiene una probabilidad de triunfo de 79 por ciento, Anaya de 16 por ciento y Meade de sólo 5 por ciento. El tres veces candidato a la presidencia, es el amplio favorito. Parece que su mejor estrategia es administrar su ventaja y simplemente no cometer errores o si los comete, contar con el efecto teflón que hasta ahora lo ha acompañado.
Anaya, llevaba buen desempeño y también representa el cambio, pero se vio frenado por las acusaciones de la PGR, que todo indica llevaban una motivación política. Además la ruptura con el grupo Calderonista, que ya tiene instalada a Margarita, amenaza cobrarle factura. El gran reto que tiene es convencer en este inicio de campaña que es el segundo lugar indiscutible. Para iniciar no sólo ataques críticos contra el puntero AMLO, sino hacer propuestas viables y creíbles. Su gran oportunidad será el próximo 22 de abril, en el primer debate en cadena nacional. Si no lo aprovecha, no habrá quien pare al tabasqueño.
A la coalición PAN-PRD-MC se le señala como electorera; pero si logran hacer un discurso coherente y que éste permee entre a los electores, delas implicaciones de un frente que pudiera amalgamar lo que mejor de la tradición de la izquierda, derechos de las mujeres, de las minorías, la diversidad sexual, el combate a los abusos; más el ala más liberal del PAN incluido, su perfil pro empresarial haciendo énfasis en un manejo responsable y sustentado de la economía, para de brindar un estado de bienestar al mayor número posible de individuos. Entonces se convertiría en una opción sumamente atractiva.
Meade, un buen funcionario público, pero mal candidato y peor aún, postulado por un partido que representa la corrupción. Ya empezaron las críticas a su campaña, además señalan mismos priistas que nadie les cree cuando dicen que van en segundo lugar. Es el candidato de la vergüenza, ni se atreve a defender al actual gobierno ni a romper con él. Está tan lejos del puntero AMLO, que su triunfo se ve remoto. El partido se desfondó, a grado tal que a nivel estatal sólo en Yucatán albergan alguna esperanza, el otrora poderosísimo PRI, con dificultad logrará 100 Diputados y 20 Senadores.
Margarita, de los independientes, fue la única que logró colorase, aunque todavía pende de una última valoración, porque se le acusa de inconsistencias en la recolección de apoyos. No tiene posibilidades de triunfo, un buen desempeño sería obtener arriba de 10 por ciento de la votación, que le abriría en el futuro, la posibilidad de retomar el control del PAN o fundar un nuevo partido. Le cuesta mucho trabajo articular un discurso creíble, carga con la losa de Felipe Calderón.
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