Línea Privada

Línea Privada

Por Jesús Bedolla Nava

 

En algunas entregas de esta columna habíamos anticipado ya la importancia que tiene una estructura de partido para impulsar a sus candidatos al triunfo en procesos electorales, contrario a lo que piensan militantes de Morena y seguidores de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, quienes están convencidos de que con las redes sociales es suficiente.

La tesis que hemos sostenido no de ahora, sino de hace años, fue confirmada por los representantes del equipo de capacitadores del partido lopezobradorista, encabezados por BERTHA LUJÁN, quienes el pasado viernes en Apatzingán hicieron un fuerte llamado de atención a los apenas 23 militantes que se presentaron en el evento celebrado en el “Salón Rojo”, del hotel Posada del Sol, en esta cálida ciudad.

A dos meses y medio de que se lleve a cabo la elección federal, estatal y municipal, la estructura de Morena en el municipio de Apatzingán es de apenas el 24 por ciento de la necesidad real. Es decir, unos 159 posibles representantes de casilla están asegurados para el día de la jornada electoral, mientras que la cifra necesaria es de 664 personas.

Es común que los simpatizantes de LÓPEZ OBRADOR pasen el día teléfono celular en mano para contradecir todo cuanto se dice en contra del tabasqueño, pues candidato y seguidores tienen algo en común: son intolerantes a la crítica, por muy constructiva que ésta sea.

Sin embargo, algo es seguro. Las elecciones no se van a llevar a cabo en Facebook, Twitter o portal de internet alguno, sino en las urnas, por tanto quienes deseen que su candidato gane, deben salir a votar el 1 de julio, no solamente invitar a los demás a través de las redes, porque puede ocurrir que todo el día se inviten a votar unos a otros y piensen que con eso cumplen la tarea, pero a final de cuentas nadie concurra a los puestos de elección y no haya votos que contar en beneficio de su favorito.

Ojo con eso.

Posteriormente puede sobrevenir la avalancha de protestas, pero será demasiado tarde.

En Apatzingán, como tal vez ocurre en todo el país, son copiosos los comentarios en redes sociales a favor del candidato a presidente de la República por Morena, máxime si se trata de defender su trayectoria rumbo a la elección; nadie acepta ni por asomo que el tabasqueño tenga en su vida un solo acto del cual tuviera que arrepentirse. Eso es impensable. Sin embargo hay una realidad que los morenistas y seguidores de “El Peje” no deben soslayar; las elecciones se ganan con votos, no con actos de defensa o manifestaciones de apoyo que no se lleven a cabo en las urnas.

Ya lo dijeron los capacitadores: hay en Apatzingán un marcado atraso en la conformación de la estructura de representantes de partido.

Pero ¿a quién se culpa de tal inconsistencia?

Pues al coordinador distrital, EDGAR ADAME RINCÓN, quien se echó a cuestas una tarea para la cual ha recibido durante mucho tiempo veinte mil pesos mensuales, según dicen quienes conocen el interior de Morena, no ha trabajado acorde a las necesidades de un partido que cuenta con un candidato popular, pero no al grado de incrementar la militancia en el instituto político, porque si bien es cierto que AMLO tiene seguidores, también lo es que su partido no registra militantes bajo al misma expectativa.

El PRI, por ejemplo, cuenta con un capital político fiel estable, inamovible.

Es por esa razón que tiene un pie importante para enfrentar la elección, pues ese voto duro no varía mucho a la alza, pero tampoco a la baja, por tanto los priístas ya conocen el monto de inversión el día de la elección para hacer llegar a las urnas boletas cruzadas para la causa tricolor.

El partido más consistente en eso del padrón de militantes es el de la Revolución Democrática y entre los que se van y los que se vienen, el sol acromático mantiene su nivel, no así los partidos que no tienen militancia ni estructura, por eso JOSÉ LUIS CRUZ LUCATERO debe tomar la batuta y dirigir las acciones, junto con la siempre inquieta CARMEN ZEPEDA ONTIVEROS, para consolidar al interior de Morena la estructura necesaria para robustecer las expectativas de triunfo.

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Cierto es que ningún candidato trae marcación personal, pero también lo es que existe una Unidad de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral (INE), misma que continuamente estará presente en los actos públicos de los candidatos y de sus brigadas de apoyo, para verificar que cumplan con los ordenamientos legales durante sus actividades.

Sin embargo no nos explicamos cuáles son los criterios que se emplean para establecer valores económicos de los gastos que implica cada uno de los eventos, desde los hombres botarga que portan las banderas, hasta el costo de la literatura que en diferentes presentaciones se distribuye.

Sin embargo, como dice mi compadre Miguel Estrada García, mejor conocido como “El Monky”, al parecer el “asustamiento de persona” funciona, porque todos los candidatos traen el freno puesto y así estarán, cuando menos en el tiempo que toman confianza.

Hasta la próxima.