Por Jesús Bedolla Nava
Nadie es profeta en su tierra y el presidente de México, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, no escapa la máxima surgida de la misma Biblia (San Juan 4-44: «el profeta en su tierra no tiene honra», dijo Jesús), ya que el 31 de diciembre de 2018 llegó a su tierra, Macuspana, Tabasco, y fue asediado por sus paisanos, quienes no le dieron el trato que tiene en otras regiones del país, según consta en videos que se han hecho virales en las redes sociales.
Justo es decir que del conglomerado que lo recibió en su patria chica, no todos estaban en actitud adversa a su persona, pero igual de justo es decir que no pocos le recriminaban su política, tal vez los enemigos del proyecto del tren Maya, o quizás le pedía bajar a saludar, pero como arribó cobijado en un convoy de camionetas blindadas (nada que ver con el Jetta que utiliza en Ciudad de México), es posible que los tabasqueños hayan percibido el alejamiento de su paisano, ahora que es presidente de la República.
Como quiera que sea, no deja de ser un detalle irrelevante frente a los problemas que aquejan al país, pero este minúsculo reclamo por falta de identidad ante los suyos, comienza a colocar a LÓPEZ OBRADOR en su estado natural como mandatario de la nación, es decir, como objeto del reconocimiento de los unos, y blanco de las críticas de los otros, pues atrás han quedado los tiempos de campaña, cuando todo se le creía y se le festejaba.
Lo mismo le pasó a VICENTE FOX QUESADA cuando “sacó al PRI de Los Pinos”; a FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, durante el sexenio subsecuente, y más frecuentemente a ENRIQUE PEÑA NIETO, a quien le tocó bailar con la más fea al tener que concretar las llamadas Reformas Estructurales que comenzaron a gestarse desde el gobierno de ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN, pero quien además abonó a la crítica mordaz en su contra por su recurrencia a los dislates orales.
Siempre he sostenido que el presidente de la República Mexicana representa a todas las instituciones del gobierno federal, así como los intereses de 130 millones de mexicanos, por tanto sus decisiones en beneficio de unos, forzosamente tienen que perjudicar a otros, de allí que, sin importar su nombre, filiación política y origen étnico, tiene que ser rigurosamente protegido por personal especializado en el tema, y no puede desplazarse a la ligera en un Jetta, como si nada pudiera pasarle.
Justifico que el presidente de la República viaje a bordo de automotores blindados, que sea celosamente protegido por un staff de agentes de seguridad, y se le mantenga lejos de cualquier riesgo de agresión o atentando. Lo que no justifico es que, en aras del populismo, el propio primer mandatario sostenga su pregón de que no ocupa seguridad, de que el pueblo lo cuida, porque, Macuspana, su pueblo, no precisamente lo esperaba para cuidarlo.
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Una calificación de 9.0 obtuvo el gobierno de JOSÉ LUIS CRUZ LUCATERO, al poner en operación una estrategia para inhibir los disparos al aire durante la transición 2018-2019, en la cual participó personal de la Secretaría d ela Defensa Nacional (Sedena), Policía Michoacán y Policía Ministerial.
Ciertamente los disparos esa noche fueron escasos, y aunque hubo uno que otro lefio que ignoró el llamado a de las autoridades para no lanzar proyectiles al espacio que pudieran poner en riesgo la vida de otras personas, a final de cuentas fueron pocos lo que se exhibieron en ese tenor y seguramente están en la mira del vecindario como personas non gratas.
Y es que la transición 2018-2019 estuvo tranquila, demasiado diría yo, en comparación con la Noche Buena, cuando el resultado fue de seis personas heridas por las “balas perdidas” disparadas desde el anonimato por gente cuya cobardía le da esa licencia, a sabiendas del daño que pueden causar.
Funcionó el operativo. No hubo disparos en cuantía, empero de entre quienes dispararon, porque sí los hubo, no hubo detenidos. Ojalá en el futuro esto no se tome como una debilidad de las autoridades y se incrementen los atrevidos que disparan armas durante Navidad y Año Nuevo.
Otro detalle que corresponde directamente regular a la Sedena, es la venta de artefactos de pólvora, ya que en manos irresponsables se pone en riesgo la integridad física de las personas y el patrimonio de algunas otras, ya que el índice de incendios se incrementa notablemente, mientras las autoridades de la regulación de armas de fuego y explosivos, no solamente no hacen nada por recudir la venta de cohetes de todas dimensiones y estridencias, sino que además otorgan los permisos.