Política en Línea

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Por Jesús Bedolla Nava

Sin duda, la cruzada anti-corrupción de Andrés Manuel López Obrador sólo puede tener éxito si los mexicanos practicamos con alto sentido de responsabilidad la honestidad, caso contrario todo esfuerzo será en vano.

No basta ser corífeo de los reiterados anuncios del presidente, sino que debemos cambiar de actitud y de veras sumarnos a su causa con detalles tan sencillos como lo es no sacar ventaja de los demás, respetar la propiedad ajena, cobrar lo justo a cambio de un servicio de calidad, reintegrar el cambio en monedas que se nos dan de más en los comercios, entregar íntegros cartera y contenido a quien los extravió y devolver el celular a quien lo olvidó. No es nada difícil, sólo basta con hacerlo.
Es fácil ser honesto, sólo hay que practicarlo todos los días y hacerlo parte de nuestro comportamiento hasta convertirlo en un hábito bajo la premisa de que no pierdes nada que no es tuyo, y sí gana tu calidad moral.
Hay, sin embargo, quienes a diario festejan la lucha y pronunciamientos anti-corrupción del presidente de la República y se convierten en sus defensores ante los críticos del jefe del país y de su Cuarta Transformación, pero no están dispuestos a sacrificar sus «oportunidades» de medrar a costa del esfuerzo e ilusiones de los demás.
En ese desleznable camino transita el férreo, cuan celoso defensor de AMLO, el titular de la Dirección del Migrante del municipio de Apatzingán, Martín Quiroz, ya que «concuerda» en favor de la lucha anti-corrupción del mandatario mexicano, más no está dispuesto a sujetarse a los parámetros de hosnestidad marcados por aquel, pues desde su coto de poder municipal en la calle Esteban Baca Calderón, ejerce el obscuro «reclutamiento» de gente a través de un presunto «programa» de contratación de trabajadores mexicanos para que viajen a Estados Unidos con supuesta visa de trabajo y contratados por una empresa cuyo nombre no identifica, menos presenta convenios de colaboración y garantía de trabajo, con el gobierno de Apatzingán.
Los interesados han tenido que depositar en arcas personales del funcionario tal vez, diez mil pesos per cápita y se estima que unas 120 personas necesitadas de un empleo y seducidas por la «american way life» han hecho el pago directo a esa cuenta, sin que hasta el momento se les haya resuelto nada.
Los interesados han comenzado a inquietarse ante la reiterada advertencía de que pudiera tratarse de un fraude mayúsculo que ya podría atesorar 1.2 millones de pesos en una cuenta bancaria, mientras que, por otro lado, resulta poco probable que, en tiempo de crisis sanitaria, cuando en lugar de abrir negocios y fuentes de empleo, se cierran puertas, haya contrataciones masivas en un país tan golpeado ahora por la segunda oleada de Covid-19, como es Estados Unidos.
Huele a fraude porque, de tratarse de veras de un programa institucional, no habría razón alguna para aplicar cobros a los aspirantes a un trabajo en Estados Unidos, pues si a la empresa contratante le urge mano de obra, lo menos que puede hacer es incluso apoyar con gastos de transporte a los postulantes. Huele a fraude porque, en el remoto caso de aplicar cobros a los solicitantes, esos recursos tendrían que ingresar a las arcas municipales y no a una cuenta particular equis, puesto que se habla de un convenio empresa-Ayuntamiento.
Huele a fraude, porque no existe un documento que avale un convenio entre alguna compañía estadounidense y el gobierno de Apatzingán, o por lo menos no se ha exhibido tal, ya que el funcionario municipal, Martín Quiroz, desacató a los propios regidores cuando le solicitaron información sobre el asunto, a quienes dijo que «eso era tema confidencial», para con esa actitud exhibir exceso de prepotencia, o exceso de desconocimiento de las facultades del cabildo, para el cual ningún funcionario tiene la potestad de guardar confidencialidad alguna en cuanto a asuntos de la administración pública municipal.
La regidora Verónica Ayala Buenrostro, quien junto con sus homólogos David Huerta Plancarte y Rogelio Cuevas, tiene en sus manos el espinoso tema, expuso que la situación se tiene que aclarar, ya que esa no es una actividad particular del funcionario, pues su compromiso es de tiempo completo frente a la comuna, pero además opera desde las oficinas de Atención al Migrante, por tanto el implicado comete abuso de poder y tráfico de influencias, por separado de la validez o invalidez del citado programa de reclutamiento.m, mismo que, por otro lado, no ha arrojado resultados.
Es decir, existe una marcada irregularidad en la aplicación que nos ocupa y Martín Quiroz, quien es encarnizado defensor de la estrategia anti-corrupción de López Obrador, no defiende con su ejemplo los postulados del presidente de la República.
La corrupción no es sólo asunto del pasado, ni de partidos políticos. Es individual y cada quien debe responder por sus actos.
De este tema hay un buen por aclarar.
Hasta la próxima.