*Y lo mejor está por venir
El presidente municipal de Apatzingán, José Luis Cruz Lucatero, se sumó a las voces que desde el interior de Morena demandan la ruptura de la alianza entre este partido y el PT, en Michoacán.
La razón es fácil de comprender: el edil quedó marginado de participar en busca de la reelección, una vez que desde nivel central la alianza Morena-PT determinó el género para las diputaciones federales en los 12 distritos electorales de Michoacán, y para las alcaldías en varios municipios, entre éstos Apatzingán, en donde el dictamen señala que una mujer será la candidata a presidente. Ello elimina por cuestión de género de toda posibilidad al actual munícipe en su intento de reelección.
En rueda de prensa, Jose Luis Cruz Lucatero señaló que la determinación de no abrir la selección de aspirantes para, mediante un proceso medianamente democrático, extraer la candidatura sin etiqueta de género, es una argucia ideada por el legislador federal Francisco Huacús Esquivel.
De hecho el legislador federal tiene abierta la posibilidad de refrendar el cargo mediante reelección, pero la determinación de que una mujer contienda por el PT en busca de la presidencia municipal, plantea un escenario en el que su esposa, la regidora Blanca Azucena Álvarez Chávez, figura viable aspirante a la alcaldía.
El alcalde no lo precisó así, sino que le dio un manejo relacionado con su práctica eleminación de la contienda. Argumenta José Luis Cruz que si el PT va aislado a la contienda, no tiene ninguna opción, porque no ha dejado ser por sí solo un partido minoritario, el cual en la elección municipal de 2018 estuvo apenas por encima de dos mil votos, a diferencia de que Morena estuvo en aproximadamente 14 mil, y a nivel del distrito federal 12 obtuvo poco más de siete mil votos en los once municipios que conforman la de demarcación, mientras que Morena, por sí sólo, obtuvo más de 40 mil sufragios.
Argumentos así, son argumentos.
Sin embargo, ante la difusión de la especie que en voz del diputado federal Mauricio Toledo propone a una figura femenina por la alianza Morena-PT, Abraham Toral, asesor de otra aspirante, Isabel Torres Sánchez, se pronunció en favor de ésta, por lo que apenas se configura el abanico.
No soy ni feminista, ni machista, pero ocurre que, en aras de cumplir con cuotas de género, los partidos están exigidos de tal manera, que las capacidades son lo menos importante. Por encima de todo está en género.
Soy de los que piensan que en política hay féminas y varones capaces, pero también incapaces. Eso debe ser tomado en cuenta pero, por ley, pasa desapercibido.
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Comienzan a levantarse voces que exigen a los precandidatos a los diferentes cargos que contribuyan al respeto de las medidas sanitarias en este tiempo de pandemia a causa del Covid-19, ya que se han tenido eventos no propiamente masivos, pero sí multitudinarios.
Caso concreto, dos reuniones organizadas en favor de Cristóbal Arias Solís, en donde entre 250 y 300 personas estuvieron presentes, la última celebrada el pasado sábado, en las cuales la disciplina sanitaria fue relativa, pues si bien es cierto que el uso de cubrebocas no pasó por alto, en algunas áreas del salón utilizado en el complejo denominado «Rancho La Flor», hubo hacinamiento, sobre todo en la parte posterior al escenario, en donde unos 50 jóvenes cristobalistas se apostaron codo con codo, para crear una situación de riesgo.
Por cierto que en ese tipo de eventos no hemos visto a nadie del municipio ni de la Jurisdicción Sanitaria para verificar que se observen las medidas de salud del momento. Las autoridades tiene la facultad de clausurar los mítines que incumplan las normas, así de fácil.
El Diablo sabe más por viejo, por eso Genaro Guízar Valencia lo advirtió dos veces, la primera hace cinco meses, y la segunda apenas en diciembre pasado, al proponer que, ante el Coronavirus, se modificara la forma de hacer política en público.
Sugirió el ex diputado local y ex presidente municipal recurrir preferentemente a lo mediático, para poner distancia física entre la población misma y no fomentar el riesgo.
Por cierto, Guízar Valencia debiera estar ahora mismo en Apatzingán, pero de estar el sábado en el aeropuerto de Tijuana para abordar el avión rumbo a Uruapan, tuvo que regresar a San José, California, por un asunto familiar urgente. Perdió el vuelo pero eso es lo de menos. Su hijo Carlos Guízar, ya superó la crisis de salud.
Sin embargo, el tema es que Genaro Guízar Valencia fue el primero en advertir la necesidad de sumar a la nueva realidad una forma segura de hacer campañas políticas.
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Disminuir la movilidad en Apatzingán para, asimismo, aminorar los casos de Covid-19, es importante sin duda alguna, sin embargo eso no es suficiente, pues se requiere de la participación ciudadana pera mejorar la efectividad.
Sin embargo, la ciudadanía se divide en tres criterios que son cómodos para cada uno de las partes: «tenemos que trabajar porque la economía está mal», aducen comerciantes y trabajadores, para justificar con absoluta razón el tener que salir de casa.
«La autoridad no es pareja contra el comercio y antros», dicen otros que también tienen razón, porque la disposición no se aplica desprovista de influyentismos.
Pero resulta que de ambas partes se integra el tercer grupo, ese que aboga porque se aplique la disposición «en los bueyes de mi compadre», es decir, «en contra de todos, menos en mi», allí que la mayoría de los apatzinguenses no se cuidan ni cuidan a los demás al no usar cubrebocas, aunque si lo traen consigo pero sólo como «pasaporte» para acceder a los comercios, mss no lo portan permanentemente, cual debiera ser.
Y entre lo blandengue del gobierno, los pretextos del comerciante y el trabajador, y la presunción de inmunidad de los irresponsables, ahí la llevamos: 44 casos el domingo, la cifra más alta de la temporada de pandemia en Apatzingán.
Hasta la próxima.