Política en Línea

Política en Línea

* Sergio Báez, político ejemplar

*La descolorida política cobra interés

*Guillermo Arreguín, un «todo terreno» 

* Ineficaz, combatir pandemia con hechos ocultos

Conocí a Sergio Báez Torres allá por el año 2000, cuando destacaba entre los militantes del PRD del municipio de Buenavista. No pocas veces lo vi en mítines políticos de carácter regional en Apatzingán, durante las visitas de Cuauhtémoc Cárdenas, por citar un ejemplo.
Luego, a finales de 2001, se convirtió en candidato a la presidencia municipal de Buenavista por el otrora fuerte partido negri-amarillo y ganó la elección para convertirse en alcalde en el trienio 2002-2004.
Por esos tiempos tuve la oportunidad de conocer su casa en Buenavista, desprovista de lujos e inversiones suntuosas. De hecho, la recuerdo en obra negra todavía.
Al terminar sus tres años de gobierno, por causas que no recuerdo, tuve de nueva cuenta la oportunidad de visitar su casa y me sorprendió porque no se le veía ningún tipo de inyección de recursos para modificarla o mejorarla: seguía siendo la misma en que tres años antes había yo estado.
La pregunta al respecto fue obvia, y la respuesta fue inesperada para mí. «No utilicé mi gestión como presidente para enriquecerme y así como entre, salí», me dijo Sergio Báez.
No negó que ser alcalde de Buenavista le permitió un buen sueldo que le facilitó vivir bien tres años, pero dijo que una vez terminada su gestión, se reincorporaba a su ocupación habitual que era la serigrafía, me parece, aunque no lo recuerdo bien.
Han pasado 17 años y ahora me encuentro en entrevista ante el mismísimo Sergio Báez Torres. Los tiempos han cambiado y ahora, una vez que ha sido demolido el «Sufragio Efectivo. No Reelección», lo tengo enfrente como diputado local y le pregunto si tiene interés en reelegirse en el cargo. Su repuesta ya no me sorprende: «No. No pienso buscar la reelección. Es tiempo de que otros participen y quiero dejarles abierta la oportunidad, ya que quiero ser congruente conmigo mismo y con los postulados de la revolución».
Y aunque su repuesta se escucha demagógica, no lo es porque, seguro estoy, Sergio no va a participar en busca de la reelección.
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En Apatzingán la situación política está interesante.
Los aspirantes a la candidatura por la presidencia municipal con toda seguridad están enfocados en ese tema exclusivamente, sin ampliar sus opciones a la credibilidad social con los perfiles a incluir en sus respectivas planillas.
Sería desastroso que los apatzinguenses tuvieran un menú de opciones con sólo miembros de unas y otras familias, como ocurre en la actualidad.
Al momento todos los aspirantes se preocupan por las candidaturas a la presidencia municipal, pero detrás de sus operaciones políticas llevan a rastras a esposas e hijos y eso, la verdad, son acciones que no merece el ciudadano que vota.
Se requieren candidatos que por primera vez estén comprometidos con el pueblo, pues comprobado está que todos, priístas, perredistas, panistas y morenistas, tienen el mismo patrón de conducta hacia sus representados o gobernados; solamente ellos creen que son diferentes al que les antecedió, sobre todo si aquel es de filiación política diferente.
Los partidos políticos han pasado a segundo término, pues ninguno de los aspirantes trae camiseta alguna puesta, mucho menos conocen principios y doctrinas partidistas. En la actualidad la mayoría quiere candidatura por el color que sea y a como dé lugar.
Por ejemplo, nadie de los aspirantes se ha preocupado por presentar un equipo de perfiles a integrar el Ayuntamiento.
Para los sedicentes aspirantes las candidaturas a las regidurías son minucias a repartir cuando llegue el momento de apagar fuegos y entregar pequeños cotos a los inconformes y esa, señores, es una desgracia para la ciudadanía.
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Y ya que estamos sobre ese tema, he de decir cuan ecuánime ha sido hasta el momento Guillermo Arreguín Ceja, actual Secretario de Desarrollo Económico del municipio de Apatzingán, quien en algunas administraciones ha demostrado ser «todo terreno», pues al mismo tiempo que funge como responsable de promoción a la economía de la localidad, es el principal componente administrativo de la mesa responsable de procurar la salud de los apatzinguenses frente al Covid-19, e igual ha sido el responsable de organizar con éxito ferias y exposiciones en la localidad.
Sin embargo, el joven funcionario está para más y tal parece que su verdadero potencial ha sido desperdiciado, pues tiene sobrada capacidad para encomiendas de mayor envergadura, tanto ejecutivos como de elección. Si de dinamismo, capacidad y responsabilidad se trata, pocos tienen el talento y disposición a toda prueba. Veremos y comentaremos.
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El Congreso del Estado aprobó la iniciativa del gobierno de Silvano Aureoles Conejo en lo que se refiere a hacer obligatorio el uso de cubrebocas en Michoacán.
Se trata de una medida que debió ser puesta en práctica desde el principio de la pandemia por Covid-19 en la entidad, sin embargo la conciencia debe permear entre ciudadanos y autoridades para que la disposición sea funcional, si no es así, debemos olvidarnos de posibles resultados exitosos.
Las autoridades encargadas de aplicar sanciones a quienes no acaten la disposición legal de orden estatal serán las municipales, situación que nos hace pensar que el gobierno de la entidad evadió una de sus atribuciones como promotor de la iniciativa, y aventó la responsabilidad a los Ayuntamientos para que decidan penas corporales y sanciones administrativas a quienes incumplan la ley.
La ley entra en vigencia el próximo jueves 28 de enero, ya que a partir de su publicación en el Diario Oficial del Estado de Michoacán, la primera semana fue estanblecida como plazo para la difusión entre los michoacanos.
La responsabilidad de sancionar conllevará a que los gobiernos domésticos sean tan suaves o excesivos en sus disposiciones, sobre todo a que el influyentismo persista, aún ante los riesgos de crecimiento de la ola de contagios.
Y no descarte usted la posibilidad de que los cuerpos policiacos aprovechen la disposición legislativa para convertirla en su mina de oro particular, como ocurre cuando se trata de aplicar reglamentos municipales. Usted sabe, los borrachos somos los mejores «aportadores» al bolsillo de los policías.
No obstante, la resistencia de un amplio sector de la sociedad en contra de esa ley en materia de salud, es sumamente preocupante.
El bombardeo inicio con el cuestionamiento sobre el destino de los recursos que se recauden por concepto de multas a los infractores.
En su misma redacción la Ley específica que dicho dinero será empleado en la compra de cubrebocas para distribuirlos entre la sociedad misma, pero somos tan reacios a leer que dejamos a la ignorancia aspectos importantes y mejor nos dedicamos a criticar de acuerdo a lo que escuchamos de boca de quienes tampoco han leído el documento.
Preocupa que, antes de pensar en siquiera acatar la ley, haya gente que se revuelve en contra de la misma y aducen que el gobierno quiere «apretar» más al pueblo. Caray, y tan simple que es utilizar un cubrebocas de entre 10 y 50 pesos (los mejores) y así proteger nuestra salud, a nuestra familia, a los demás y evitamos una multa que va de entre 89.62 pesos a mil 344 pesos con 30 centavos.
Así que usted quiere evitar sanciones, solamente use la mascarilla para cubrir su boca y nariz y evite sanciones. Con desafiar la ley nada gana y sí corre el riesgo de pagar multas y, lo peor, de enfermarse.
No faltará quien no use cubrebocas a propósito para ser sancionado y así tener argumentos para poner el grito en todo lo alto. Ya verá usted.
Por lo pronto la situación es crítica. Los nosocomios están saturados e incluso en Apatzingán el cupo está a tope en el área Covid-19 del hospital regional «Bicentenario» ya que, de acuerdo a lo expuesto por el director general, médico pediatra Enrique Rojas Haro, todas las camas están ocupadas con pacientes en proceso de oxigenación. Por fortuna, al momento de la entrevista, no había enfermos intubados, por tanto los tres ventiladores de que se dispone estaban desocupados, pero sin ninguna seguridad de que así se pudieran mantener.
En este mes aparecieron los casos de quienes abusaron del descuido durante la navidad, el año nuevo y ahora mismo vemos la aparición de los casos resultantes de los tumultos en los mercados de juguete durante el día de Reyes.
En fin. La situación es difícil.
Aún así, la percepción de quienes no se han enfermado parece ser de inmunidad en primera persona, es decir, «a todos les puede dar, menos a mí».
El nivel de agoísmo es tal, que no razonamos siquiera en que, a costa de nuestra posible «inmunidad», podemos ser agentes de contagio de nuestros familiares más queridos.
Y vaya que es tan sencillo evitar los contagios, pues sólo basta dejar de lado esa mal entendida valentía y asumir el respeto hacia uno mismo y hacia los demás, como un valor cultural de nuestros tiempos.
No veo ya a nadie que niegue la existencia del Coronavirus y si bien no les preocupa reconocer su existencia, por lo menos ya guardan silencio y ahora se dedican a criticar lo que se hace y lo que no se hace para abatirlo, sin ponerse frente a un espejo para darse cuenta de que son ellos quienes no hacen nada por acabar con la pandemia.
Hasta la próxima.